Scream for me, Lima
9:36 pm. Me encuentro empapado de sudor propio y ajeno. Al rededor, los que formamos la horda saltamos, nos empujamos y gritamos hasta el punto de la asfixia. Siento que el codo de algún hijo de prójimo se empotra en mis costillas. Pero no duele porque we won't live to fight another day. Era The Trooper. La horda de Two minutes to midnight se entregaba al fervor de los maiden a pesar de estar horas esperando en colas inacabables
2:00pm La travesía comenzó tras una serie de inconvenientes que no vale la pena mencionar ahora. Para cuando mi pata y yo llegamos al Estadio Nacional, la cola ya era inmensa. Gente de todas las tallas y colores, desde metaleros añejos hasta chibolos skaters, se aglutinaron para presenciar uno de los más grandes espectáculos presentados en nuestro país, el cual aún no se acostumbra a ser testigo de eventos de esta magnitud.
2:30pm Para darle sabor a la calurosa tarde, los ambulantes vendían desde la discografía completa de los maiden en mp3, polos, chelas en lata, hígado frito hasta fotos con un Eddie hecho de alambres y madera. Un par de artistas de la calle nos brindaron un breve espectáculo de break dance callejero, que mi pata pagó con gusto tras ver tan curiosos movimientossd
4:00pm Entramos al estadio y luchamos por estar lo más cerca posible al escenario. Felizmente ya no hacía tanto calor, pero aún así la sed nos asfixiaba. La botella de agua cuesta cinco soles, joven. Mi pata refunfuñó y mandó al carajo al estafador. Está bien que quieran aprovechar la situación, pero cobrar el 400% es una total pendejada.
7:00pm Salen los primeros teloneros: Masacre. Tocaron bien, animaron algo el ambiente, pero la gente se aburrió con tanta mentada de madre innecesaria.
8:00pm La inexplicable Lauren Harris aparece en escena. La verdad, dejó mucho que desear, pero al menos su pantalón de cuero compensaba su falta de voz.
9:00pm Las luces se apagan, las pantallas gigantes muestran un corto donde aparecen los fanáticos de Iron Maiden de diferentes partes del mundo. Todo el estadio grita. Las horas de larga espera habían terminado. La horda se entrega al éxtasis del metal. Finalmente, el concierto había comenzado con Aces High.
El concierto fue alucinante desde el saque. Lo único que no permitió que la fiesta fuera completa fue la falta de los fuegos artificiales y de la momia. Con respecto a la música, estuvieron plenos, pero el volumen debió ser más alto.
La gente disfrutó a más no poder: se coreaba, se saltaba, y los maiden sintieron la energía de un público que le rindió tributo.
Lo curioso fue cuando en breve intermedio, Bruce Dickinson quiso dirigirse al público, pero éste no lo dejó hablar. "Oléeeeee, oléeee, oléeee, maideeeeen maideeeeen", gritaba el eufórico estadio. Más de 30 mil voces gritaban al unísono. Dickinson se emocionó tanto que prometió que volverían en dos años. Eso lo dice en todos los países, huevón!-me comentó luego un pata. Aún así, la gente se emocionó y continuaron exprimiendo los pulmones para vitorear a su ídolo.
Los puntos altos: The trooper, Wasted Years, Fear of the dark
I have a constant fear that something's always near